miércoles, 14 de julio de 2010

Templo Fushimi Inari, Kyoto “Memorias de Una Geisha”

Templo Fushimi Inari, Kyoto “Memorias de Una Geisha”




La ciudad de Kioto fue la capital de Japón durante once siglos desde el año 794 hasta 1868, la historia de Kioto se remonta hasta el siglo VI. En 544, se comenzó a celebrar el Aoi Matsuri, para rezar por la buena cosecha y el buen tiempo.
Actualmente kyoto es el símbolo de la conservación de la historia de Japón siendo la principal ciudad turística hasta el punto de que además de ser patrimonio de la humanidad solamente Roma tiene más monumentos reconocidos por la UNESCO. Era tal la cantidad de Templos, barrios, calles, castillos, museos, casas, etc. que la fuerza aérea norteamericana no bombardeo Kyoto como lo hizo con el resto del país.
Uno de los sitios estrella "Kyotenses" es sin lugar a dudas el Templo Fushimi Inari, dedicado al dios shintoísta del arroz (símbolo de abundancia) que recibe el mismo nombre y sus mensajeros, los zorros. Fue fundado en el año 711 AD y actualmente es el principal templo Inari shintoísta de los mas de 40 mil existentes en el país, en este momento es sitio de peregrinación de los hombres de negocios para ofrendar y pedir por el éxito en sus carreras. Este santuario fue descubierto para los occidentales en la película “Memorias de una Geisha”. En la misma, la protagonista sale dentro de miles de “puertas o Torii” de color naranja y negro que simbolizan la tonalidad distintivas del Shinto. Existen miles sin saber con exactitud cuantas, que rodean la montaña situada justo detrás del templo, llamada Inarisan. Estas son ofrendas de los adoradores del dios para que sus peticiones sean cumplidas, generalmente tienen escrituras con el nombre del donante y su petitoria.

Una vez se traspasa el templo principal donde existen sacerdotes y sacerdotisas oficiando ceremonias religiosas, se llega a una explanada donde concurren las entradas de dos senderos por una de las cuales el penitente debe elegir el camino de ascensión a la cima de la montaña, cada uno es diferente, el templo de la cima se ubica aproximadamente a unos cuatrocientos metros por encima del pórtico, el camino esta lleno de templillos, tumbas, altares etc.



También podemos observar miles de estatuas de zorros (Kizune) adornados con cintas rojas alrededor de sus cuellos, estos son los mensajeros del dios.
El esfuerzo físico es parte del sacrificio de llegar al objetivo final por lo que existen pequeñas fondas y posadas donde saciar la sed y comer. También hay recodos, lagos, monumentos y estatuas que deleitan y sirven para la meditación del senderista.



Justo antes del altar definitivo existe una explanada desde donde se puede observar toda la ciudad de Kyoto que representa un espectáculo gratificante, parte de la recompensa obtenida por el esfuerzo realizado. A lo largo del trillo se pueden observar mesas con alimentos ofrecidos al dios y los zorros. Una vez en la cima el ofrendante se lava las manos y toma agua pura de los cientos de manantiales existentes en la cima de Inarisan, se encienden una especie de cerillas o velas, se pide al dios de la montaña tocando una campana y juntando las manos en señal de oración







Una vez realizada la ceremonia se vuelve a elegir el descenso por dos puertas diferentes donde existe una travesía distinta a la del ascenso y que es igual de bella y mística. La llegada a la plaza donde existe la salida esta llena de pequeñas tiendas con miniaturas de los zorros y pequeñas puertas y sitios de comida refresco y bebida
Personalmente una experiencia inolvidable no solo desde el punto turístico, si no mas importante, espiritual.