viernes, 10 de febrero de 2012

El Relambío
Una de las definiciones más abstractas, sin embargo hartamente utilizada en el lenguaje coloquial de República Dominicana es la del adjetivo “relambío”.
Aunque hemos hurgado exhaustivamente en todos los diccionarios de nuestra lengua española no hemos podido obtener una definición adecuada ni indicios de su existencia en la lengua de Cervantes y es por ello que vamos a tratar de construir un perfil de dicho personaje de acuerdo con la imagen que entendemos posee las características adecuadas de lo que significa relambío para los dominicanos desde una óptica biológica y psicosocial.
El relambío generalmente es un individuo de extracción humilde (aunque no es una regla) de sexo masculino no obstante pueden existir grandes expositoras del género femenino pero por norma general el fenómeno es más frecuente en los hombres que las mujeres. Este caballero habitualmente “peina pelo” hacia atrás si lo tiene lacio, ocasionalmente usando espuma fijadora en los tiempos modernos y antiguamente vaselina de la colora; sí el pelo es crespo, con frecuencia se acompaña de un sombrerito de colores y formas llamativas o en su defecto un intento de pollina esculpida con la ayuda de un peine tornasol rasca caspa previamente ayudado de un “alizador” como se conoce en la actualidad o el típico desrizado de los tiempos mejores ya pasados.
Por lo general es un individuo de los que el pueblo llama “seco” refiriéndose a su contextura esbelta y ausencia de carnes que puede tener origen en la penuria de esplendidez de cuchara donde puede estar la génesis de su comportamiento bizarro al haber tenido que “buscársela” desde pequeño para poder acceder a una ingesta más bien deficiente de calorías, no es que la obesidad este exenta de exponentes de este adjetivo pero suelen ser menos frecuentes ya que el gordo relambío suele caer mal o hundirse en la abyección de la fanfarronería .
El atuendo es un rasgo patognomónico de estos sujetos pues suelen vestirse de camisetas coloreadamente llamativas que por lo general poseen rótulos que anuncian alguna marca preferiblemente que divulgue un producto
extranjero ,si es un país o ciudad mejor pues de esa forma se pueden “guillar” de haber estado ahí aunque nunca le hayan jondeao ni un chele a una de las maquinas recolectoras de peajes, si el atuendo es criollo por lo general el sello sin duda alguna alude a romo, cerveza o cigarrillo con la inscripción de la fecha del evento que usualmente ha sido patrocinado.Las cachuchas tipo beisbol no son artículos infrecuentes en la indumentaria poseída por estos personajes aquí también los rótulos de nombres foráneos estrambóticos persistentemente de algún campo de golf, evento, o estadio que probablemente nunca en su vida tendrán la oportunidad de visitar y en cuyo caso si se les presenta la ocasión no tiene ni puñetera idea de su ubicación geográfica. No obstante a veces el fanatismo dominicano hacia el beisbol puede que lo lleve a usar una gorra de: yo soy liceísta hasta la muerte o aguilucho desde chiquitico.
Un saco sport es un artículo que suele ser de alto valor para estos galanes, por lo general estas chaquetas han sido obsequiadas o heredadas de personas de mayor envergadura y talla que ellos, normalmente fallecidos, o mandado por un primo que los quiere mucho desde ¨Nueba Yol¨ su holgura y alargamiento del eje longitudinal son notorios además de que las modas han circulado muchas veces por las pasarelas del mundo y a través del tiempo estos “flu” han “asesinado” varios pares de pantalones.
Es justo decir que estos hidalgos tienen un sentido de la oportunidad que podría ser la envidia de cualquier “bróker” dé la bolsa de Wall Street cualidad que discurre paralela a una intuición innata para detectar a las personas que ostentan cargos de importancia para obtención de la meta trazada por ellos o encargo auto gestionado para favorecer a algún enllave además de cosechar algún objetivo planificado en provecho propio. El rasgo principal es su exuberante personalidad que acompaña de un tono de voz muy estridente con la singularidad de que se le preste atención a su persona poseedora de un acabado e histriónico lenguaje corporal.

Su estrategia por lo general es muy parecida sobre todo si su campo de acción es alguna oficina preferiblemente publica donde haya que sortear varios obstáculos humanos a quienes ellos como prestidigitadores les aplican diversas técnicas capaces de competir con catedráticos del comportamiento humano dejando a los cursos de Dale Carnegie como meros relatos de hadas.
Las secretarias y asistentes suelen ser un objetivo primordial ya que es la primera línea de defensa con que cuenta el funcionario público, con este recurso humano, el relambio es extremadamente atento ya que en su primer encuentro la llama por su nombre de pila, se interesa por la salud de los niños nombrándolos por su apodo en caso de que la persona tenga familia, le jala la silla con modo de galantería llevándose la mano libre a la espalda y haciendo un gesto de sumisión bajando la cabeza; en el segundo “pase” ya le pone una mano en el hombro al mismo tiempo que él se lleva la otra mano al pecho y con ademan de secreto la mira fijamente y le dice –me encanta tu blusa! ¿Donde la compraste? P’a llevarle una a mi mujer-. En los próximos encuentros antes de dar los buenos días haciendo énfasis en el alargamiento de las vocales finales y prolongando las eses, saca una menta de guardia, se la extiende a la secretaria al mismo tiempo que exclama – ¡para esa bella damita! -, una vez introducido en el antedespacho antes de que nadie más inicie cualquier conversación suele comentar en voz alta los encabezados de las principales noticias de los periódicos nacionales o una teoría desarrollada por el mismo de cómo el calentamiento global y la extracción de petróleo, está abriendo unas grietas en el fondo del mar que hace que haya más terremotos al mezclarse la candela con el agua salá y se formen grandes “Sumami como er de Japón”.
Cuando no, hace populares las hazañas de un perro suyo de raza, bravísimo que se lo regaló una americana de Alemania habitualmente llamado “Biuti”, Vikingo, Sultán, Kadafi, o Bocanegra, que es el azote del barrio.
Poseedores de información puntual de importancia tal como es el flujo de movimientos de los cheques en el departamento de contabilidad que va desde el momento de su autorización hasta la firma por el jefe, usualmente se sabe la fecha de cumpleaños de todos los integrantes del departamento con sus respectivos signos zodiacales y recorte de horóscopo del día.
En un altísimo porcentaje de las veces consigue su objetivo y cuando desaparece por unos días de los lugares donde suele operar es echado de menos por el personal administrativo y de seguridad que suelen decir “er jode pero e simpático y servicial”.
El momento cumbre en la vida del relambío es cuando llega a poder insertarse en una campaña política de un partido con posibilidades de acceder al poder y ser parte prominente de una marcha, mitin o caravana en donde de alguna forma ha logrado encaramarse en el mismo vehículo en que va el candidato presidencial aunque sea arreguindao de la parte de atrás de la cama de la patana o sentado arriba del techo de la parte del chofer con la bandera más grande que se haya confeccionado en la sede del partido, siendo manoteado varias veces por el conductor por obstrucción de la visión o con un megáfono que le arrebato a un “flojo” que no voceaba na, es de resaltar que para el final de la caravana el relambio está hablando por señas ya que perdió la voz a mitad el camino.
Si el partido gana el relambio se cuela en las reuniones de escogencia del gabinete donde de alguna forma logra un “buen nombramiento” le choca los cinco al futuro presidente y quien quita que no pueda conseguir un ministerio de los “de a velda”.
finalmente díganme ustedes ¿quien no conoce a un relambío?


Carlos H García Lithgow